MARIPOSAS DEL ALMA

Alzheimer y otras demencias


Me sentí mariposilla 

desde niña, ya lo sabes.

A veces, con alas blancas

o de tonos muy suaves;

otras, con colores vivos

para engañar a las aves;

metalizadas, brillantes

y un sinfín de variedades.

Me sentí mariposilla

muchas veces, ya lo sabes.


Volé al norte, volé al sur,

crucé tierras, crucé mares…

Me he posado en los desiertos,

en las cumbres más dispares;

he besado bellas flores

que perfumaban el aire;

he bailado ante la luna 

con tus notas musicales,

danzas clásicas, modernas

y con bata de lunares

y el corazón aplaudía

porque tú estabas delante.


Tracé perfiles de sueños

con pinceladas reales;

retoqué algunas siluetas

y las barnicé más tarde.

El lienzo que ambos pintamos

con un Amor enmarcable

es nuestro inmenso tesoro

de un valor incalculable.

Que nadie nos lo destruya,

que no lo destruya nadie…

Tantas veces lo dijimos;

muchas veces, ya lo sabes.


Te confunde mi silencio

y la niebla que se esparce.

Me buscas y no me hallas... 

¡Es que no soy la de antes!

Mis ojos no tienen vida, 

casi no puedo mirarte;

se han entristecido tanto,

te parezco tan distante

que eso te asusta, lo sé,

y tiendes a rebelarte.


No encuentro a veces mis alas,

las olvido en cualquier parte;

me resulta incomprensible,

pero debo resignarme.


Por si a mi se me perdieran,

tú mantente vigilante

y custódialas entre hojas

de un libro para mirarme

y admirar todas mis placas,

las de entonces, las de antes,

las de ahora no tienen vida, 

resultan desconcertantes.


O cuélgalas en un cuadro

para que el dolor te calmen

y aún las veas desplegadas,

sedosas y rutilantes

como allá en los viejos tiempos 

cuando logré enamorarte.


No protestes. ¿De qué sirve?

Deja ya de atormentarte,

no hay nada que esté en tus manos,

ve aprendiendo a conformarte.

Necesito tu cariño

y comprensión más que antes;

del marco de nuestras vidas

aún somos los personajes

y me conforta saber

que no llevas la peor parte.


Si vivieras la crueldad

de un deterioro incesante

y fallara mi memoria 

hasta el punto de olvidarte,

no me lo tengas en cuenta

porque no sería culpable

ni la dueña de mis actos.


Amor mío, ya lo sabes: 

Es misteriosa la vida, 

no se elige el desenlace.


Eulalia Álvarez Álvarez 



               

Comentarios

  1. GRACIAS amiga por hacer una obra de arte a esta enfermedad tan desconcertante.🦋

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  2. Gracias por la poesía y por poner palabras donde es tan difícil en muchas ocasiones.
    Un saludo.

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