EL COMEDOR ENCENDIDO
La Última Cena Llegan con rostros cansados, compungidos y en silencio; el corazón en un puño y heridos sus sentimientos. El infortunio ha arrasado de un plumazo sus proyectos y llueven tantas carencias que han anegado sus sueños. Han caminado en tinieblas por motivos muy diversos y a sus espaldas, historias que hará superar el tiempo. Persiguen una esperanza, se aferran a un clavo ardiendo, han de retomar sus vidas y ha de ayudarles el cielo. Don Roberto, hilo directo, se ha convertido en pionero encendiendo un comedor que sirve de faro y puerto. A l nutrirse de alimentos, de cariño y de consuelo, acrecientan su autoestima y Dios les sale al encuentro. Porque al bendecir la mesa, entre platos anda el juego, la fe resurge con fuerza y la oración se hace Credo. Nosotros, los voluntarios, les ofrecemos respeto y sonrisas de lunares, lo merecen todos ellos. ...